SAGUAR REAL ESTATE te presenta la casa de tus sueños. Y de los nuestros...

Siempre me imaginé ser feliz, disfrutando con mi familia y mis amigos de la vida que siempre he querido.

Soñaba cada día con una casa preciosa, ni grande ni pequeña, sin otro lujo que el que ya de por sí me pudiera ofrecer esa casa, el de poder crear mi hogar en ella, poder mirar cada día a mi familia y ver en sus rostros esas sonrisas que le dieran sentido a mi vida.

Solo pensaba en hacer feliz a los míos, viviendo momentos únicos que siempre pudiera recordar, y que en cada foto que tomara en mi casa soñada, sobre todo se reflejara en nuestros rostros la alegría de vivir en ella.

Deseaba una casa con tres plantas, en la que pudiera tener mínimo dos habitaciones en la planta principal, otras dos suites amplias, con sus vestidores, baños y terrazas propias en la planta de descanso, con un espacio amplio en buhardilla donde ver el fútbol con mis amigos o donde pasar tardes de cine los domingos, con palomitas y perritos calientes, cuidando de los míos.

En base a esa idea creé de la casa de mis sueños, que por supuesto también contemplaba un salón de lo más acogedor, con chimenea de leña para calentarnos en invierno y crear refugio, y un comedor separado para tener ambientes diferenciados.

Me gustaba imaginarme una cocina de buen tamaño donde tener espacio para cocinar, comer, tomar el café y que a la vez le diera toda la luz que se pudiera tener, además de un acceso directo al jardín, para total confort.

Fui madurando las ideas y me di cuenta de que iba a necesitar más de tres baños, al ser posible uno de ellos con bañera de hidromasaje y un aseo en la planta principal para los invitados.

Me fui percatando también de que tal vez iba a necesitar un jardín que no me diera trabajo, y con el tamaño adecuado para gozar de una piscina cómoda, una caseta cerca que hiciera la función de vestuario, otra más grande para poder guardar las sombrillas y las hamacas de verano y un cenador para invitar a todos mis seres queridos a barbacoas y cenas interminables.

Para guardar el coche y las motos no quería más que un techado exterior, ya que seguramente tuviese sitio en la calle para poder aparcar, soy muy práctico...

Una de las cosas que con más frecuencia imaginaba era el hecho de levantarme cada día junto a mi mujer admirando las espectaculares vistas a la sierra que me hicieran recordar la esencia real de la vida, de cada día, la esencia de vivir en un lugar mágico...

Soñaba con poder estar rodeado de gente buena, en una zona tranquila, en una urbanización privada con zonas comunes increíbles, club social, parques infantiles, cafetería, pistas deportivas y piscina comunitaria y que además de todo ello tuviera un acceso cómodo y directo a la autopista para ir a Madrid y no tardar más de 20 minutos en llegar, y que también pudiera gozar del privilegio de tener estación de tren a menos de cinco minutos andando y parada de autobús en la misma puerta.

Soñaba con todo ello cada noche y cada día al despertar sonreía al ver que todo esto, luchando por ello, podría llegar a conseguirlo.

Recuerdo que una de las cosas que más deseaba era tener el colegio de mis hijos a menos de 1 km de distancia, parajes naturales para valorar el aire libre de esta zona y salir con mi mascota a gozar de libertad pura, ya que puestos a soñar, y como dijo Calderón de la Barca, "toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son". 

 

Pues bien, soñaba con tener el centro urbano tan cerca como para poder ir caminando y no tener que desplazarme mucho para encontrar farmacias, supermercados, médicos y hospitales.

Después de tanto soñar, a veces hasta los mejores se equivocan y en esta ocasión querido Calderón, los sueños, sueños son, pero hay veces que se cumplen.

Te presento mi sueño hecho realidad...

Si coincide con el tuyo, que no me cabe la menor duda, llámame y ven a conocerlo.

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Nuestro compromiso contigo es que te enamores, y esta vivienda nos lo pone muy fácil...

¿Te atreves?

Te esperamos.